sábado, 15 de noviembre de 2014
Análisis del film "Días de Vino y Rosas" por Álvaro Salas Guzmán
1. Describe una secuencia en la que hubiera un encuadre abierto.
Durante la primera secuencia se nos presenta a un Joe Clay primigenio. Totalmente distinto al que se puede apreciar durante los últimos minutos del film. Vemos a Joe en una fiesta sumida por la música, la etiqueta, el alcohol y el tabaco. Estos dos últimos aspectos vienen descritos sobre todo en la panorámica que Blake Edwards hace durante parte del minuto 2 cuyos personajes que aparecen en cuadro beben y fuman.
Esta secuencia es el retrato perfecto para mostrar ellos ambientes por los que se mueve Joe Clay al principio de la película. Ambientes que no dejan de ser sórdidos por llevar trajes y estar amenizados por una elegante música de piano.
Un ejemplo destacable de esto último es la escena en la que Joe Clay está cerrando un trato por teléfono y una mano invisible fuera de cuadro está llenándole su copa continuamente.
El encuadre abierto en esta secuencia se nos presenta justamente al principio. Nos muestra una fiesta aparentemente elegante y formal, atestada de gente. Con este plano, Edwards nos quiere hacer ver cuánta gente se corrompe ante unas drogas que, aunque estén socialmente aceptadas, no dejan de ser devastadoras.
2. Describe un fragmento en el que se haya utilizado un plano general, un un primerísimo primer plano y un plano detalle. Reflexiona con qué intencionalidad.
- Plano detalle: Joe Clay entrando en el ascensor de su apartamento con unas flores que se cortan con la puerta del ascensor, quedándose en el vestíbulo, presagiando que lo que va a ocurrir allí arriba no merece que se festeje con rosas.
-Plano General: Se desata la tormenta en el apartamento de los Clay cuando Joe sube borracho y se queja de que su mujer pasa demasiado tiempo con el bebé y poco tiempo con Joe. Durante el final de la secuencia, Joe cierra de un golpe la puerta del bebé y este empieza a llorar. Este plano también viene dado por una profundidad de campo en la que el primer término son los vasos transparentes de whisky, que dejan ver una realidad que los mismos protagonistas han distorsionado.
- Primerísimo Primer Plano: Cuando por fin se le diagnostica alcoholismo a Joe Clay y se le hospitaliza con una camisa de fuerza en una celda acolchada. Edwards rueda un plano cerradísimo a sus ojos, empapados en sudor, seguido de un fundido a las rejas de su habitación, para hacernos ver que se ha convertido en preso de sí mismo.
3. Pon algún ejemplo de plano subjetivo o plano objetivo si los hubiera. Describe alguno de ellos y por qué se han utilizado
Dado que no puede existir un plano sin que sea objetivo o subjetivo ya que, o bien el director nos quiere hacer ver qué es lo que el protagonista está viendo y sintiendo ese momento (como en el caso del plano subjetivo) o bien nos quiere abrir una ventana a un mundo sin adulterar que es en el caso de todos los planos que no son subjetivos, resultaría imposible separar un plano de la objetividad o subjetividad. No puede existir un plano no objetivo y no subjetivo.
Partiendo de esta base, podemos marcar como plano subjetivo (y, en mi opinión el que aguanta la mayor carga narrativa que el plano subjetivo requiere) es cuando Joe Clay es finalmente encerrado en una institución hospitalaria bajo diagnóstico de alcoholismo clínico. En una magnífica elipsis que comienza con un ducha fría a una Lee Remick ebria y termina empapando también a un Clay internado, observamos cómo sucumbe a la más absoluta locura antes de que Blake Edwards nos convierta en los propios protagonistas de la misma, haciéndonos ver una tenebrosa puerta con rejas, tras las cuales unos oscuros ojos nos observan y nos juzgan, convirtiendo al espectador en el propio Joe.
4. Comenta si existe alguna angulación en la película y qué se ha pretendido al utilizarla.
Cuando se desata la tormenta y los dos protagonistas recaen una vez más en la bebida bajo el amparo del padre, estos empiezan una juerga mientras afuera comienza a caer una tormenta apoteósica como telón de fondo perfecto.
A pesar de lo aparentemente bien que se lo están pasando los protagonistas, Edwards graba esta escena en un picado para relatar visualmente lo pequeños, débiles y nimios que se han convertido los personajes al recaer en la bebida.
el siguiente enunciado no corresponde con el de las pautas del trabajo, pero se cambió este apartado a última hora
5. Escoge un fragmento de la película y divídelo en secuencias y en escenas.
Este fragmento de la película lo he nombrado ya anteriormente (y tampoco será la última vez que la comente) pero es, junto con la secuencia final, una de las escenas que más me han logrado marcar.
El fragmento es únicamente una secuencia, pero tiene un grandísimo poder narrativo dentro de la película ya que nos quita en 7 minutos el marco de la comedia romántica de sabor a Desayuno con Diamantes que Edwards nos colocó a conciencia durante 40 minutos para darnos un giro argumental de 180 grados que nos esperábamos pero el utópico telón de fondo hizo que nos chocase aun más.
La secuencia comienza cuando Joe Clay, con signos evidentes de embriaguez, coge unas rosas de camino al ascensor de su apartamento, cuya puerta corta las rosas al cerrarse, presagiando lo que se mencionaba anteriormente.
La siguiente escena comienza en el apartamento de Joe y Kirsten, después de que la puerta del ascensor cortasen las rosas. En esta escena, el horror comienza. La agresividad de Joe Clay va en progresión cuando ve que Kirsten pasa más tiempo con el bebé que con él. Kirsten ya no bebe, ya no se divierte como lo hace Joe, cuya frustración va en aumento hasta que de un portazo cierra la puerta de la habitación del bebé, comenzando con la siguiente escena, en la que Kirsten entra corriendo a la habitación de la niña para consolar su llanto. Mientras, Joe recapacita sobre lo que acaba de hacer y cuando Kirsten sale de la habitación, Joe entra. Así comienza la siguiente escena, con Joe yendo a la habitación de su hija, a punto de derrumbarse por el arrepentimiento.
Por último, en la última escena, Joe se sienta en el salón suplicando a una Kirsten que finalmente sucumbe y accede a tomarse una copa, amén de las consecuencias que puede suponer para el bebé.
6. Describe alguna escena donde se utilice el plano contraplano.
Cuando Kirsten aborda en la nocturnidad a su padre para presentarle Joe, el cual desde hace unas pocas horas se ha convertido en su marido. Entonces, en la cocina del padre, este y Joe entablan una conversación que se parece más a un interrogatorio castrante que el padre de Kirsten somete a Joe. En el medio de esa incómoda conversación se intercalan los planos de Kirsten, que está sentada en medio de las dos personas a las que más quiere entablando una conversación cuanto menos tensa y viendo cómo una de esas personas lo está pasando francamente mal con un interrogatorio que puede tomarse como una ofensa a su amor propio.
7. ¿Se ha utilizado algún inserto? Comenta si se ha utilizado el por qué.
Al inserto propiamente dicho se le podría definir como una interrupción de un segundo o menos en la que se pretende que cause en el espectador la sensación que el director o la secuencia quiere transmitir. (Un ejemplo claro sería los insertos que aparecen rápidamente en la escena del segundo movimiento de la 9ª Sinfonía de Beethoven en La Naranja Mecánica del gran Stanley Kubrick).
En esta película no aparece nada que sea igual a lo anterior mencionado, pero sí algo muy parecido. En la escena magistral que da fin a la secuencia en la que Joe y Kirsten recaen en la bebida, el padre de Kirsten consciente de que se ha vuelto a desatar el infierno y dispuesto a salvar a su hija a las buenas o a las malas, la mete a la fuerza en la ducha y vemos durante un segundo y un poco más un plano subjetivo del agua cayendo de la ducha a nuestra cara, seguido de un grito de Kirsten que continúa un Joe Clay hospitalizado en la siguiente secuencia.
La razón más evidente a la que se le puede atribuir el uso del inserto es el uso de la continuidad del mismo, el poder narrativo y los sentimientos que logra transmitir.
8. ¿Se ha utilizado el plano secuencia? ¿Con qué objetivo?
Como dije antes, iba a comentar varias veces la secuencia en la que Edwards hace desaparecer la comedia absurda y romántica que dominaba la película para meternos de lleno en la devastadora historia de la pareja esclavizada por el alcohol. El plano secuencia no abarca toda la secuencia de la película, pero sí gran parte. Corta en el momento necesario. y en una escena que hablaré en la siguiente pregunta ya que tiene profundidad de campo y una metáfora que dije un poco más atrás.
Puede que esta escena no funcionase de igual modo si Edwards hubiese cortado en algunos fragmentos y hubiese dado más importancia a otra cosa que a la acción intrínseca de la escena, que es lo que profetizó Joe Clay al principio de la película tirando la botella al mar (botella y mar, dos términos significativos para Joe y Kirsten respectivamente) bajo la frase: “Te encomiendo a los infiernos”.
El principal motivo por el que Edwards eligió filmar esta escena en un plano secuencia pudo ser para que el espectador no perdiera en ningún momento la continuidad de la escena.
9. Habla sobre la profundidad de campo en la película y razona sobre ello.
Justo después de la escena del plano secuencia de la pregunta 8, Joe cierra de golpe la puerta de la habitación de la bebé desatando su llanto y haciendo reflexionar por fin a Joe acerca de sus actos.
Esta escena tan dura viene seguida de una profundidad de campo en la que la situación caótica que se ha generado en la casa es el segundo término y el primer término son las botellas vacías que se suelen llenar con el alcohol, el culpable de la confrontación y el llanto de la bebé.
10. ¿Qué ha querido comunicar el director con esta película?
Blake Edwards logra en un poco menos de dos horas quitarnos todas las ganas que alguna vez nos abordan de beber alcohol. Algo que empieza siendo tan fútil y nimio como un divertimento entre dos enamorados y va degenerando desde la comedia romántica hasta el drama más absoluto y devastador que se cobra por completo la felicidad de los protagonistas y contado con una sensibilidad y dureza hace que Edwards quiera contar esta historia desde un punto de vista diferente al que estamos acostumbrados a ver el alcoholismo en el cine. Un punto de vista que nos quiere decir que el alcohol (y el tabaco), aunque socialmente aceptado, no deja de ser tan devastador como la cocaína o la marihuana. Pero, ¿por qué estas últimas no son aceptadas y las otras dos sí? El debate aun sigue abierto. Y puede que siga mucho tiempo.
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